sábado, 6 de enero de 2018

Llevo en la cara tu nombre

Nace una ligera discordancia
entre el clamor de mi sesera
y las chispas de agua 
que topan con el cristal.
Hoy llueve.
Me cuestiono.
Y me resulto atractivamente incongruente.
Afable,
busco la manera de calmar este rencor.
Atravieso el umbral de la puerta,
casi exánime.
Como si ésta fuese la última vía de escape.
Como recobrando trocitos de vida
a cada pulgada que me alejo
de la ciclogénesis que supone quedarme en la cama.
El agua hende mis ojos.

Confío en que nadie note
que llevo en la cara tu nombre.



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